El consumo de Omega 3 disminuye sustancialmente el riesgo de infartos cardiacos y cerebrales y en mujeres embarazadas es imprescindible para la salud del feto

Dr. Jorge Aldrete Velasco, Médico Internista Certificado, Exsecretario General del Colegio de Medicina Interna de México.

Muerte por dislipidemias y enfermedades cardiovasculares relacionadas

En México, a 3 de cada 10 adultos mayores de 20 años de edad se les ha diagnosticado hipertensión arterial sistémica, 1 de cada 10 padece diabetes mellitus de tipo 2, y 1 de cada 4 tiene obesidad. A su vez, estas enfermedades se hallan estrechamente relacionadas con mortalidad producida por padecimientos cardiovasculares: cada hora, mueren 12 mexicanos por este tipo de enfermedades, es decir 288 al día, lo que equivale a 105,120 al año.

Más de 100,000 personas muertas al año en México por enfermedades derivadas de cambios negativos en los estilos de vida y en la alimentación, y en forma especialmente señalada como producto fatal de las dislipidemias, las cuales se encuentran en el núcleo de esas enfermedades.

Las elevaciones de grasa en la sangre (dislipidemia) se caracterizan por anormalidades en las cantidades de diferentes grasas que circulan en la sangre: el colesterol, los triglicéridos, el colesterol HDL (colesterol bueno) y el colesterol LDL (colesterol malo). La medición de los niveles de estas sustancias puede efectuarse mediante un simple análisis de una muestra de sangre, denominado perfil lipídico, para saber si se tiene o no dislipidemia, o si se está en riesgo de desarrollarla.

A menudo, las dislipidemias no generan síntomas; precisamente por ello, muchas personas ignoran que las padecen, y en consecuencia no reciben un tratamiento médico oportuno.

Sin embargo, como efecto directo de las dislipidemias, las arterias pierden gradualmente flexibilidad, además de que dentro de ellas van depositándose grasas que terminan por obstruirlas, lo cual impide la correcta circulación de la sangre. Los médicos llaman a esto aterosclerosis. Pero el peligro no termina ahí. Las personas con dislipidemia se encuentran en un riesgo bastante alto de discapacidad o muerte debido a las enfermedades cardiovasculares en cuyo origen se ubican las dislipidemias, entre ellas los infartos cardiacos y cerebrales.

Cómo reducir el peligro de dislipidemia y protegerse de las enfermedades cardiovasculares

Un estilo de vida saludable disminuye el riesgo de padecer dislipidemia. Este estilo saludable consiste en dejar de fumar, moderar el consumo de bebidas alcohólicas y mantenerse en un peso corporal normal. En ese sentido, es muy recomendable evitar el consumo de alimentos que contienen altas cantidades de azúcares y reducir en la dieta diaria las grasas de origen animal. Estos cambios positivos en la alimentación y en el estilo de vida pueden, asimismo, complementarse a la perfección con el consumo de sustancias eficaces para el control de las dislipidemias, principalmente el aceite esencial Omega 3.

El organismo humano no produce Omega 3, por lo que el Omega 3 que el cuerpo necesita para evitar las dislipidemias y frenar el impacto mortal de las enfermedades cardiovasculares proviene necesariamente de una fuente externa, es decir de la dieta y de la suplementación alimenticia con esta sustancia. Las principales fuentes alimentarias de Omega 3 son los peces de agua fría, como el salmón o el atún, o los peces azules, como la sardina; las nueces y la linaza son también fuentes naturales de este ácido esencial.

Cómo funciona el Omega 3 en el organismo

Cuando el Omega 3 ingresa al organismo humano, dentro de éste se transforma en otros ácidos de tipo poliinsaturado, el ácido eicosapentaenoico y el ácido docosaexaenoico. Estos ácidos producen una multitud de efectos benéficos para el organismo. Por ejemplo, protegen la salud del cerebro porque disminuyen la producción de proteínas causantes de la enfermedad de Alzheimer; en mujeres embarazadas, ayudan al feto a nutrirse adecuadamente, lo cual asegura el correcto desarrollo de su cerebro y le evita posteriormente problemas de tipo visual.

Y algo muy importante: estos ácidos, derivados del Omega 3, disminuyen las cantidades de triglicéridos y colesterol circulantes en la sangre, con lo que protegen contra la aterosclerosis y el peligro de muerte por infartos cardiacos o cerebrales. Adicionalmente, mejoran la circulación y el ritmo cardiaco, y son útiles para un mejor control de la presión sanguínea.

En México, existen cápsulas de aceite de pescado que contienen los dos ácidos en los que el Omega 3 se transforma cuando entra al organismo humano. Estas fórmulas, de grado farmacéutico son  distribuidas en las principales farmacias y supermercados con respaldo de algún laboratorio, reducen las cantidades de triglicéridos y colesterol en el organismo, ayudan a controlar mejor la hipertensión arterial y disminuyen el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Así pues, todo está puesto para disminuir el peligro de muerte y discapacidad por infartos cardiacos o cerebrales, y para asegurar un óptimo desarrollo cerebral y visual de los bebés.

Basta con modificar la dieta en los términos ya comentados, ajustarse a un estilo de vida saludable y proporcionar al organismo una suplementación suficiente de Omega 3 y sus ácidos derivados utilizando cápsulas de aceite de pescado. Sólo de ese modo podrán disminuir en nuestro país las cifras relacionadas con muerte cardiovascular. Es totalmente posible pasar de lo escalofriante y triste a lo saludable y alegre.

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